INOCENTES EN GARRAS DE LA MUERTE

Por: Ruth Quispe Taiña

¡La muerte! palabra que a muchos les aterroriza, a otros no les causa ninguna sensación,  sin embargo esta palabra para mí se ha convertido en un “ser” despreciable que se ha cobrado vidas de niños; el suceso que ha quedado grabado en mi mente y que aun al recordar me causa nostalgia y tristeza es cuando este ser despreciable “la muerte” se llevo a dos niños de 3 y 5 años de edad.

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Lo recuerdo no solo por las noticias, sino por que conocí a esos dos angelitos, Nicolás (5) y Kiara (3) sobrinos de una amiga mía con la que  compartía mi tiempo con ella, mientras mi hijo, sus hijas,  Nicolás y Kiara se divertían jugando en el patio de la casa.

Recuerdo cuan alegres eran esos niños, la ternura  e inocencia que reflejaban sus ojos no los he vuelto a ver durante 2 años.  ¡2 años! cuando una noche de sábado en el 2009 la  muerte visito su casa, cuando ellos dormían con una vela encendida,  su inocencia y las ganas de descansar para seguir jugando al día siguiente  hicieron que entrasen en un sueño profundo; pero poco a poco el fuego fue consumiendo todo a su paso; al recordar, imagino a Nicolás tratando  de proteger  a su hermanita, la abrazo y se quedo allí, quieto, hasta esperar lo inminente; la tristeza invade mi ser al escribir estas líneas,  pues  no imagino cuanto fue el sufrimiento de aquellos pobres inocentes quienes alguna vez compartieron  con mi hijo lecciones en la Cuna jardín, juegos de carritos con Nicolás y entre los dos ayudando a Kiara a cargar  en la espalda una muñeca.

Cuanto sufrimiento y cuanto dolor sintió esa madre al perder a sus 2 pequeños hijos.
¿Será a consecuencia de su negligencia? Sin embargo a esas alturas no se podía hacer nada, la muerte se había llevado, a Nicolás y Kiara.