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Crónica - El CHIARAJE CANEÑO

En la provincia cusqueña de Canas, tierra de Túpac Amaru, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, cada 20 de enero se enfrentan pobladores de las localidades de Checca y Quehe en el gran Chiaraje Caneño, una batalla campal en la que las armas oficiales son el poncho, como elemento de defensa, y las waracas que se utilizan para lanzar piedras. Dos meses antes los pobladores de Checca y Quehe se alistan alegremente para esta fecha, en que los silbidos de la paja y el canto de los cóndores anuncian la guerrilla entre estos dos pueblos kanas rebeldes, hijos del inti ”sol” y la “pachamama”, con su zurriago de relámpago andino y su honda de arcoíris multicolor. Llegó el gran día para estos pueblos, que hacen su ingreso con sus bandurrias, danzando y diciendo “hacuña tupayman” (vamos ya a la lucha), hombres y mujeres seguros para ganar la guerrilla solo por el honor de su raza. Ya son las 9 de la mañana, no hay jefes ni caudillos que dirijan, solo los más valientes hijos de Túpac Amaru, donde no importan las lluvias ni las nevadas, pues ya empezó la lucha al son de los pinquillos, charangos y bandurrias, instrumentos musicales de la zona.


El campo de batalla se convierte en un campo de acción impresionante para propios y extraños. Seguidos de gritos e insultos recíprocos “vamos carajo, vamos kana rebelde“, movimientos de la gente de uno a otro a lado, un loquerío, se escucha resonar la waracas que silban el acto de honor de los pueblos participantes, suenan como las ráfagas de ametralladora. Tres horas de lucha y de pronto se ven algunos heridos, éstos, si son de gravedad, son auxiliados, pero si son leves se les da su cañazo, coca y a seguir luchando, porque al ver que estén sangrando por sus heridas les da más valor y valentía. Los varones luchan recibiendo aliento de sus Apus (cerros tutelares) y de sus mujeres que bailan en ronda “kcaswua”(cantos con insultos mutuos), siguiendo el ritmo de los pinquillos y bandurrias. Uno de los bandos dice “basta”, a esa voz todos paran y se dirigen a sus paraderos, o sayanas, por un tiempo para alimentarse porque ya es hora de comer su chuño y su Kancacho.

Y de vuelta a la lucha hasta que un bando retroceda, ya son las 6 de la tarde es hora de retirarse, si hay algún muerto se lo cargan y lo llevan bailando, despidiéndose, diciendo “watascama” (nos vemos al próximo año) Este es el chiaraje caneño un rito que hemos heredado desde la época inka, que debemos valorarlo como parte de nuestra cultura andina.

Por Alex Apaza Huanca

1 comentario:

  1. Ellos se pelean con cosas bien "rudas" aparte de huaracas con piedras cosas un poco bizarras como por ejemplo una vez vi en un reportaje en el que hacian una especie de latigo atando a la punta una Plamada!, si esa la que utiliza para ver el nivel en las paredes; tambien ataban CANDADOS: globe, Forte... Ja ja ja, eso debe doler.... auchhhh

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