El desarrollo de la informática fue gracias a los microchips. El primer ordenador (1946) ocupaba una gran sala, hoy una calculadora científica de bolsillo es más potente que ese ordenador.
Todos los católicos siempre pensábamos que
Dios era el único ser omnipotente quien todo lo ve y lo sabe; pero a medida que
fueron pasando los siglos, algo inimaginable y hasta inalcanzable sucedió por
obra y curiosidad del ser humano; la
tecnología fue avanzando para satisfacer las necesidades del ser humano como
también para tratar de dar respuesta a sus curiosidades; así se fueron creando
distintos instrumentos como los satélites, que en un principio eran vehículos
lanzados desde la tierra para describir una órbita cerrada alrededor de ella o
de otro astro.
Hoy el sistema satelital se
ha impuesto para interrelacionarnos, pero también para que se nos vigile, pero
¿de qué?, es una pregunta muy complicada de responder, pero la respuesta la
deben de saber muy bien aquellos que tienen el poder.
Nuevo horizonte el de la
realidad virtual, que gracias a los avances tecnológicos es más sofisticada y
útil, sin embargo genera dificultades, nuevas formas de coerción y
autoritarismo.
No hay manera de que el ser
humano no esté conectado con el mundo mediante el uso de las herramientas
tecnológicas comunicacionales, además, las personas están vigiladas por los
sistemas de tele vigilancia satelital rompiendo así las libertades
individuales. El sistema satelital actualmente es manejado por grupos de poder
quienes manipulan información y las insertan en las redes sociales.
En este contexto, podemos
afirmar que, acerca de este delicado tema no existe información suficiente que
ayude a la sociedad mundial a estar al tanto de los avances tecnológicos y el
uso de las herramientas tecnológicas.
El ojo de Dios está siendo
reemplazado por el ojo de la humanidad, es la frase que se repite a menudo en
el mundo globalizado al pretender asumir
la tecnología como un dios cibernético capaz de hacer y ver cosas más
allá de lo imaginable, nos encontramos ante nuevos desafíos, ante un sistema
que de a poco nos consume y nos atrapa en un mundo mecanizado que lejos de
acercarnos más a las personas, nos separa de la interacción humana propia del
hombre. El sistema satelital ha sido creado para interrelacionarnos más con
nuestro entorno, pero también para vigilarnos, por ejemplo los teléfonos,
celulares y el internet, son herramientas que hacen estallar los límites del
espacio-tiempo y permiten un monitoreo más cercano en relación a las personas
que lo usan en nuestro entorno.
Así es que nos encontramos
ante medios electrónicos de comunicación, que sustituyen ciertas formas de
relaciones sociales.
Hoy en día la tecnología
está inquietando, nuestras pautas sociales, culturales, económicas y políticas,
es decir toda nuestra vida humana. Estos avances científicos deben ser una
trasformación, pero no una trasformación con autoritarismo y coerción, sino con
visones promisorias.
Si bien es cierto, ir en
busca de un futuro promisorio, implica una serie de cambios y transformaciones,
la humanidad ha contribuido a que estos cambios se den a pasos agigantados e
inimaginables, como la revolución cibernética, que mediante la utilización de
satélites, han puesto de relieve los problemas que plantean a las libertades
individuales y de las naciones. Tanto el internet y otras expresiones de la
telemática, han cambiado la realidad del espacio y tiempo de nuestros
desplazamientos físicos.
En estos
tiempos tan conflictivos, llenos de cambios sociales, es discutible aquella
teoría que afirma la libertad del ser humano desde su nacimiento, cuando lo
cierto es que posee una evidente tendencia a vivir sometido bajo ciertas normas
y reglas que le marcan desde la cuna hasta la tumba; unas constantes que le
empujan a vivir en algo muy parecido a
la esclavitud.
Y es en este
punto, en el que hacemos un paréntesis para hablar sobre la unión de la
tecnología y las comunicaciones que al parecer son el centro de atención en el cambio social. Se ha discutido mucho, si los medios de comunicación
son un agente de cambio beneficioso para el desarrollo de la humanidad. Ello,
en principio, no se pone en duda; no obstante, parece que estos medios de
comunicación están sirviendo en ocasiones más como instrumento de control que
como agentes de cambio.
El transporte público de hoy en día es muy criticado por los usuarios, pero tú ¿qué haces para pedir o exigir un servicio de calidad?, es necesario que las autoridades correspondientes se enteren del servicio que se presta, todo esto desde el trato que te ofrece el conductor hasta el estado en el que se encuentran las unidades de transporte.
Los usuarios o pasajeros tienen derecho a recibir en forma regular, continua, permanente y en las mejores condiciones de seguridad, comodidad, higiene, respeto y eficiencia el servicio público de transporte. Asimismo, los peatones y ciclistas, deben de tener preferencia en la circulación, por lo que los conductores de vehículos deberían tener la consideración debida y tomar las precauciones necesarias para la protección y seguridad de la integridad física tanto de peatones como de ellos mismos.
Son las 6:50 uff, me levanté tarde, hora punta para las combis, los buses vendrán toditos llenos, ya en el paradero pasa uno y no me recoge, pasa otro tampoco me recoge, después de estar parada varios minutos,aparece el tercero ypor fin pude subir a como de lugar, me colgué como sea de los pasamanos, que aburrido¡¡¡¡… seguían subiendo más y máspasajeros, no sé cómo entraban, pero seguían subiendo, ya no sentía nada, pareciera que me estarían aplastando y peor aquellos niños que iban al colegio, a mi parecer ya se asfixiaban, mientras el cobrador con su descaro y torpeza seguía gritando ¡avance, avance al fondo, al fondo entran cuatro!. Claro, por supuesto, muchas veces este problema favorece a los delincuentes para hacer sus fechorías, a veces en complicidad con los choferes y los boleteros. El viaje de 15 minutos parecía interminable, el claxon irritable de los carros bulliciosos, los gritos desordenados de los boleteros, estresa. Por fin pasado los treinta minutos pude llegar al paradero final,
Son exactamente las siete de la mañana, la gente se encuentra en los paraderos esperando los vehículos de transporte público para ir a sus respectivos centros de labores, centros de estudios, etc., estos vehículos se encuentran absolutamente llenos de pasajeros, y a pesar de esto, el conductor detiene el vehículo para que suban más pasajeros, y si baja uno pues suben cinco, esto hace que el cobrador haga toda clase de maniobras para no salirse del bus.
Y si eso ocurre fuera del bus, imagínense ver lo que sucede dentro, las personas están dobladas en dos, una encima de otra, y algo que nunca falta son los robos, nos convertimos en objetos de robos y en presas fáciles de los amigos de lo ajeno, estos aprovechan que los carros estén llenos para cometer sus fechorías.
Eso no es todo, el servicio de estas unidades vehiculares son pésimas, no existe el respeto por parte del chofer, mucho menos del cobrador hacia los usuarios, estos últimos ya no pueden quejarse del servicio, porque al toque el cobrador te responde con una grosería, y si esto no ocurre, te dice que te bajes del vehículo y que mejor te subas a un taxi,
Pase al fondo, pase al fondo, acomódese; colabore señora colabore; al fondo entran cinco; no se queden en el pasillo, avancen… estas son sólo algunas frases empleadas a diario en un micro bus, y que en más de una ocasión, ha generado una incomodidad. Pensar en un servicio barato, rápido y relativamente seguro, otorga la capacidad de soportar los agravios y malestares ocasionados al hacer uso de este servicio.
Muchas veces amparados en el argumento de tener el tiempo limitado, o de no contar con más de 0.60 céntimos, nos exponemos a serios riesgos, desde el instante en el que subimos a un bus repleto de pasajeros, en condiciones simplemente inaceptables, a un bus que no brinda las mínimas condiciones de seguridad por la cantidad de años que viene funcionando.
Lunes, primer día de la semana, desperté con esos rayos de sol que entraban en mi habitación; eran las 5:45 de la mañanay empecé alistarme para ir a la universidad.
Alas 6:30 am, estuveen el paradero;eran las6:47 amseguíaesperandoy ninguna unidad de la empresa de transporte Imperial se detenía. Desesperadapor llegar temprano a mis clases de las 7:00 am, subí a una combi que no estaba llena.
En el transcurso de la de la ruta, la gente subía y subía, pese a que ya no había espacio, mientras la cobradora a viva voz gritaba que pasáramos al fondo, como si allí hubiera espacio. Incómoda por los apretujones, reclamaba que ya no hiciera subir más, que ya no había espacio y ésta me respondió enfurecida: ¡La gente quiere viajar también, si no le gusta que la toquen, entonces tome su taxi!