Reportaje - FIESTA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

Febrero, el segundo mes del año, mes de carnavales, mes de lluvias, mes en donde muchas veces el sol se encuentra con las nubes Y nuestros corazones se alistan para recibir al mes de amor y la amistad, pero nuestros hermanos los puneños se alistan para recibir a su patrona la Virgen de la Candelaria.

En todo el país estamos avispados esperando la llegada de los carnavales, pero en la provincia de Puno, caracterizada por el frío y el calor de sus bailes y fiestas, se encuentran esperando la llegada de una de las más grandes celebraciones del país, la fiesta de la "Mamacha Candelaria", "Mamita Canticha", "Mamá Candi", como los lugareños la saben llamar, Patrona de la ciudad de Puno.

Pero, muchos de nosotros no conocemos el origen de tan grandiosa celebración, si bien sabemos que el Perú, en el incanato solo adoraba a las fuerzas de la naturaleza, y por eso la pregunta, ¿Cuál es el origen de la fiesta de la Virgen de la candelaria?... Cuando llegan los españoles a América, traen consigo la religión y con ella sus manifestaciones, el Evangelio, la espada, la cruz, los santos, Jesucristo, la Virgen María con diferentes nombres y demás íconos de la cultura occidental.

En 1668 llega a Laykakota, el Virrey Conde de Lemos, viene a poner orden en las luchas intestinas entre los mineros andaluces y vascongados, es así que dispone la construcción de una iglesia. El virrey de esa manera encomendó que trajeran una de las imágenes talladas por Manuel Yupanqui Inga, la imagen de la virgen de la Candelaria, porque les daba muchos milagros a los mineros, así habría llegado a Puno la imagen de la Virgen.

Es así que esta Virgen está asociada a la Pachamama, al lago Titicaca, las minas y el trueno; además de simbolizar, la pureza y la fertilidad. 

COMIENZA LA FIESTA DE LA “MAMACHA CANDELARIA”

Puno, capital peruana del folklore, como la denomina José María Arguedas, deslumbrado por el calor de su gente y el sabor de sus danzas hace que esta provincia se convierta en un ícono del folklore peruano, en donde miles de turistas, tanto nacionales como extranjeros, se den cita para tan magnífica celebración.

Se inicia la Fiesta de la "Mamacha Candelaria" el 24 de enero y culmina el 18 de febrero como preludio del Carnaval.

A las tres de la mañana del primero de febrero, el Alferado, quien es el organizador y responsable monetario de la festividad, sube a la cima del cerro Azoguini en los alrededores de la ciudad, acompañado de unos cuantos músicos y de sus invitados, dando comienzo así al rito a la Virgen.

Por la tarde, en la Entrada de Cirios, el Alferado y la Alferada, su esposa, salen de su hogar portando la imagen del niño Jesús seguidos por las autoridades y allegados en devota marcha hacia la iglesia de San Juan, llevando velas y cirios encendidos.

La noche previa al día central, tienen lugar las misas de vísperas para luego escuchar el tronar de los fuegos artificiales que iluminan con su resplandor el cielo del altiplano puneño, teniendo como fondo musical los melodiosos acordes entonados por bandas de músicos. 

Ha llegado el día esperado ansiosamente por todos los lugareños y curiosos que se dieron cita para esta majestuosa celebración; es el 2 de febrero, la fecha principal e inaugural de la fiesta, donde se manifiesta en pleno la religiosidad y la devoción de los puneños por la Virgen. En esta ocasión, la Mamacha es paseada en andas por la ciudad. Con música y licor empiezan también los concursos de danzas que deslumbran a todos los turistas. 

El domingo siguiente al dos de febrero es denominado como la Octava. Al igual que la fecha principal tiene su propio Alferado y discurre la misma rutina con la única diferencia de que el desfile de la Octava se reserva a los grupos de los barrios de la ciudad de Puno.

Está colorida y grandiosa fiesta llega a su fin con la llegada del Cacharpari, que anuncia el inicio de los carnavales y donde Puno vuelve a reír, gritar, bailar y embriagarse , olvidándose así del mundo y de sus problemas… Y así los turistas y curiosos que fueron a visitar Puno, regresan por donde llegaron, pero quedando en sus recuerdos la perplejidad y satisfacción de tan embriagadora experiencia.