EL OCIO TIRANO DEL SIGLO XXI: LOS VIDEOJUEGOS

Juan Pablo Zúñiga Moriano.

Al fin se oye el esperado timbre, es hora de salir de clases, un niño de zapatitos bien lustrados de cabellito limpio y bien peinado, feliz e ilusionado parte de inmediato al lugar donde televisores y mandos entretienen a la imaginación, donde eres héroe o villano, donde eres el mejor. Llega aquel niño agitado, cansado de apresurar el paso, muchas listas de juegos, el dilema es cual escoger. “Mario Bros” el elegido, empieza a jugar sin parar, pasan las horas y ya es hora de marcharse a casa, en el camino aun están algunas escenas del juego que le enorgullecen y le hacen un buen player y otras que  lamenta, así, inicia la oscura adicción a los videojuegos donde la patrona de los vicios se convierte en su compañera ideal.

El tiempo transcurre, el niño es ahora un adolescente, dejó atrás la primaria junto con “Ranas Ninja” “Contra” “Aladdin” “Mickey Mouse” “Power Rangers” ”Bomberman” “Street Fighter” “Sonic Wings”  y “Mario Bross”. Aquellos juegos de Súper Nintendo (un tipo de las muchas consolas para videojuegos que se innovaron con el tiempo como: Nintendo 64, Play Station 1, 2 y 3, Xbox, Game Cube, etc.) ya son vetustos para él.

Llegó la primavera , la secundaria y, por supuesto, los nuevos videojuegos, ahora vemos a un chico listo para emprender una vida más diligente, momento ideal para conocer chicas lindas y amigos, tiempo de leer y aprender, sin embargo, a él aun no le importa todo eso puede esperar. Su inmersión fue con “Tekken” “Winning Eleven” “Crash” “Tony Hawk`s”…  juegos que necesitaban más esfuerzo y dedicación, dejar de ir a sus clases era la solución, sobraba tiempo faltaba dinero, las propinas de papá y mamá no eran suficientes, se convirtió en un ladrón inoportuno y fugaz que levantaba dinero algunas veces de una mesa, una cama, de bolsillos y carteras, las mentiras piadosas salían sin cesar de sus labios.

De pronto vemos un joven maduro, capaz de conquistar el mundo, más guapo que cualquiera, de buen corazón y con una espada de madera, sí, aun con el niño refugiado en su interior. “Shadow of the Colossus” “Prince of Persia” “Scarface” “Bioshock”… nublaban su mente. Momentos difíciles pasó, sus mentiras y engaños fueron descubiertos ahora estaba vigilado por muchos ojos su única opción era estudiar, buen remedio, pues, le ayudó a olvidar los vídeo juegos y conocer el horizonte de la corta vida.

La ludopatía acariciaba sus manos, su camino aún no tenia rumbo, por un tiempo breve triste fue su mirada, acompañado de la luna miraba sus manos que le exigían tomar un mando, ahora solo hay recuerdos de esos momentos de afición acelerada.

Breve crónica acerca de un goce, un veneno y una pasión; adicción que puede ser perpetua, con inicio disimulado y, algunas veces, con problemas posteriores, sin embargo, no es más que un pasatiempo de ocio y no un peligro público.