sábado

JUGUEMOS A LA RONDA

Por: Elio A. Suyo Cuaresma.

¡Juguemos a la ronda mientras el lobo está!, ¿Lobo estas?, ¡Estoy bañándome! Tiempos aquellos, en los que jugar a la ronda era algo habitual, de cada tarde o noche en el barrio. Un grupo de niños y niñas comenzaban el ritual, con canticos y gritos se dejaban escuchar en las calles de los barrios, los patios de las escuelas y colegios. Son muchos años los que ya han pasado desde la última vez que escuché un cantico de ronda, ahora los niños de estos tiempos solo juegan a través de internet y todo lo hacen en una computadora o en su celular.
Las rondas fomentan en los niños el espíritu grupal, respetando turnos, colaborando con el que no sabe qué movimientos se van a hacer, mediante el modelo de imitación que tanto influye en la infancia. Las rondas son cantos rítmicos que se acompañan de una danza, casi siempre de disposición circular, con gran carácter ritual que recuerdan a la época en que las comunidades se reunían para hacer invocaciones a la naturaleza o alguna otra clase de ruegos.
A continuación rescatamos algunos canticos de las épocas de oro, cuando los niños gritaban, participaban activamente y se dejaban llevar por la alegría tan natural e inocente.

Rondita de la mano
Dame una mano
Dame la otra
Vamos a hacer
Una ronda grandota
Una rondita muy alta
Una rondita muy baja
Una rondita saltando
Un ronda en una pata
Una ronda sentado
Porque ya estoy cansado!
Si añoramos estos canticos, podemos encontrar más en el siguiente link:
http://www.educar.org/infantiles/ConPalabras/Rondas/

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