“Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.

Hayson Challco Cotohuanca

Dijo Borges, tal vez, sentado en su escritorio o se le vino a la cabeza cuando disfrutaba de una lectura que lo llevaba por otros mundos fantasiosos o simplemente por el mismo paraíso.

Para mi esta frase es la definición aproximada al paraíso, la biblioteca con el olor tenue de los libros me llevaron siempre por un viaje hacia el espacio, un viaje por mundos que nunca conocí, la biblioteca un lugar cubierto por una montaña de títulos, cual ciénaga por descubrir, cual amigo que nunca cansa de hablarte incluso de escucharte.

Detrás de cada libro duerme alguna historia, esperando a que alguien curioso abra sus páginas y reviva cada párrafo, resucite sus personajes, resucite batallas enteras, historias apasionantes, encuentre el suspenso o sea testigo de hechos extraordinarios.

La biblioteca encierra en ese olorcito único que tiene, la existencia del conocimiento, ya sea una biblioteca de 2 0 tres pisos, con estantería abierta o cerrada, la biblioteca en cualquiera de sus formas tiene forma del paraíso mismo en la tierra.