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Opinión - SOBRE NUBES Y BOLSILLOS VACÍOS

La reciente alza en los precios de algunos productos de consumo básico ha puesto en apuros a los ciudadanos de a pie. El descontento que produce pagar 10 céntimos de más por el pasaje urbano y no percibir un ápice de mejora en el caótico servicio de transporte es tan sólo uno de los mínimos efectos que ha producido un nuevo quiebre en los tarifarios a los que ya estábamos acostumbrados.

Es más, ya se especula la reaparición de los aterradores “paquetazos”, esos sismos económicos que, de forma mágica, reducen el valor de un fajo de billetes al de un caramelo de limón.

Lo de los “paquetazos” parece ser el fruto de la paranoia sembrada por los especuladores. Pero lo cierto es lo que cualquier humilde trabajador percibe: las cosas están más caras que ayer. El combustible, que alimenta tanto los motores de los automóviles como los de la sociedad en general, ha sufrido un nuevo aumento en su precio. El cambio se hace más fuerte gracias a la inmediatez egoísta con que los grifos acatan esta medida, atribuida a un factor de carácter internacional (ojalá fueran igual de rápidos cuando de bajar los costos se tratase).

El pueblo señala al gobierno central como el directo responsable y éste para variar, repite que el aumento de precio viene del mercado internacional. Como siempre sucede, la ciudadanía tiene dos caminos a escoger: acostumbrarse o reclamar a voz alzada.

El alza de precios no pudo venir en peor época. La campaña electoral convierte a nuestra temporada veraniega en un infierno de 40 grados centígrados (aunque en el Cusco siga lloviendo). El ex presidente Alejandro Toledo, con muchas ganas de volver al poder, promete el alucinante milagro de los precios estables. Sus detractores señalan que la estabilidad en los precios es algo que no se puede garantizar. En efecto, los candidatos a la presidencia utilizan este nuevo problema a su favor para ganar más votos, pero la solución práctica está muy lejos de las fantasías electorales que indignan a los observadores e ilusionan a los más cándidos.


Los precios no dejarán de subir o bajar. Esta es una verdad sostenida por las leyes de oferta y demanda. Que los políticos prometan que las alzas se pueden evitar y los precios se pueden mantener por la eternidad es una grave mentira. Lo que se pide es equidad: si se debe gastar más, se debe ganar más. Un eficiente manejo económico desde el gobierno central ayudaría a construir esta equidad. Pero, mientras la inercia del gobierno y la verborrea de los políticos nos tengan abrumados, todos los ciudadanos seguiremos sumergiendo las manos en nuestros bolsillos vacíos y alzando la cabeza para ver cómo el costo de vida acaricia las nubes. ¿Alguien podrá sacarnos de esta injusta realidad?

Por David Osorio Maqque

1 comentario:

  1. A finales del 2008 revento la burbuja inmoviliaria en el seno del capitalismo (EEUU), pero esta solo era el inicio de una de las crisis económicas a escala mundial comparada a la gran depresión del 29, fue tal la crisis que los gobiernos tuvieron que intervenir desembolsando miles de dolares para rescatar a los bancos y empresas como la GM, una segunda etapa de esta crisis es la que se vio en Europa, primero Grecia, España; Portugal y despues los paises mas fuertes como Alemania e Inglaterra, la salida que estan dando estos gobiernos a la crisis es quitarles sus derechos a los trabajadores mientras se estsn rescatando entre burqueses. Es necesario tener este análisis por que al Peru recien le va afectar esta crisis internacional, bueno ese eso otro punto... Saludos y felictaciones.....Wilson Chilo

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