miércoles

Crónica - DUEÑOS DE LAS PISTAS

El transporte urbano en la ciudad del Cusco, es el medio más utilizado para que uno llegue a su destino. Servicio caótico, informal e inseguro. 
Tras una breve oscura y tranquila noche, en cuyo negro seno alberga a las personas soñolientas, consecuencia de una ardua jornada laboral, vino la mañana fría en el que las vías principales de nuestra ciudad imperial empiezan a abarrotarse de unidades vehiculares, como las combis y los ómnibus que más pareciera, que nos hacen el favor a los usuarios. Estos transportes que en la mayoría no cuentan con lo necesario para poder ofrecer un buen servicio, al tener el cinturón de seguridad malogrado, que a uno casi lo obligan para poder colocarse para poder disimular ante un policía de tránsito o si bien es cierto si cuentan con una caja de botiquín pero vacía. 
Rápidos y furiosos
Los vehículos suelen aumentar su velocidad alucinándo ser meteoro, en las horas punta, intervalos de tiempo, en el que la atmósfera se va tornando rancia, caracterizados por la violación de las normas de tránsito y en el que el maltrato a los pasajeros crece, logrando siempre exceder su capacidad de pasajeros; motivando que los que optan por este servicio tengan que jugar al hombre elástico para poder subir y para lograr la hazaña de bajarse al fin de la combi, se tiene que superar los empujones y los codazos y siempre arrancan como bólidos cuando uno baja del vehículo. Es el tiempo en el que inicia la guerra de combis y buses y en el que todos los argumentos son válidos con el objetivo de conseguir clientela como: “¡suba, ahorita, bajan! “, promesas que casi nunca se cumplen, “¡al fondo hay sitio!”, sin importar cuan incómodos se sientan, “¡avisen con tiempo los que van a bajar!”, entre otros.
Los infaltables
En cada vehículo, nunca faltan el cantante, comerciante o mendigo logrando escurrirse del cobrador. Son vendedores desafortunados; el ex presidiario, personas desvalidas quienes comercializan diferentes productos por un centavo que no nos llevara a la riqueza ni mucho menos a la pobreza; o pasajeros avezados que no pagan la tarifa necesaria; las peleas que siempre florecen entre un pasajero, con el cobrador o conductor; son pan de cada día.
El otro costado de la realidad
La sombra de oscuridad cubre la ciudad imperial, es hora que Pablo un niño de 14 años, cobrador de una combi, retorne a su hogar cansado por el arduo día de trabajo, guardando desconfiado los quince soles que ganó en el día, para contribuir a que su mamá, complete el dinero suficiente para la alimentación de sus hermanos. Pablo corre riesgo, al ir a su casa en altas horas de la noche, pero con una mirada firme nada lo intimida y en ella guarda la esperanza de tener un futuro mejor a pesar de las dificultades. 
El reglamento de tránsito prohíbe que viajen más personas dentro de un vehículo que excedan en número de asientos. Gran parte de culpa del mal servicio del transporte público es de los usuarios, por no hacer respetar sus derechos y fomentar el atropeyo ya que, nosotros somos quienes nos subimos a estos vehículos aun al saber que esta atiborrado de personas.

Por Cris K. Mamani Callo

1 comentario:

  1. Quisiera que los dueños de estas unidades, por lo menos mantengan limpias y pulcras sus unidades ya que paran mas sucias... :S
    tambien que por lo menos los choferes tengan un poquito de instruccion vehicular, no se de donde sacan su brevete, que ni saben frenar, ni cambiar de caja.
    y alos boleteros y poquito mas de higiene y guardarse las palabras soeces para otro lado.

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