miércoles

Cultura: YO LEO, ¿TÚ LEES? ¿NOSOTROS LEEMOS?

Joaquín Salvador Lavado(Quino)
Ayer por la tarde, más por obligación que por gusto mío, empecé a arreglar mis estantes de libros. No se trata precisamente de una biblioteca, pues son muy pocos mis libros para llegar a ser una: apenas unos doscientos libros de todas las épocas. Limpiando cada uno de ellos recordé las horas de placer que me han regalado y el refugio que han representado para mí en diferentes momentos de mi vida, grandes compañeros que me dieron grandes lecciones.

He leído desde que aprendí que las pequeñas letras podían significar algo y nunca he parado. Mi abuelo sí tenía una biblioteca, toda una habitación llena de libros que nunca me pidió leer: él, aun al borde de la ceguera, sólo leía frente a mí, y eso fue más que suficiente, empecé por imitarlo y acabé disfrutándolo. Tardes y tardes enteras nos sentamos en un cuarto miniatura de dos por tres metros, a leer cada cual un libro... ocasionalmente me comentaba algo de lo que él leía y despertaba mis deseos de leer el libro que él había elegido. A veces se dormía con el libro en la mano, de tan viejito que estaba y yo aprovechaba para averiguar el título y anotarlo en una libretita que tenía con el nombre: "Los libros que el abuelo dice que debo leer" y en verdad los leí casi todos.


Libros por necesidad de conocimiento académico o libros por distracción, he leído de todo y ello me ha dado facilidad para respetar las reglas de ortografía, escribir y expresarme. He conocido a personas que comparten ese gusto conmigo y me encantaría decir que es una costumbre que comparto con mi familia, pero no sería del todo la verdad. Mis dos hermanos menores no disfrutan de la lectura como yo, salvo ocasionalmente cuando según ellos "la obra lo amerita". Criados de la misma forma los tres, me resisto a pensar que se trate de una cuestión de personalidad, pues ello significaría que en el país, muchos son los que no la tienen.

Intentando entender cuál es la diferencia entre los que leen y los que no, sobre todo en nuestro país encontré varias referencias. Primero: el famoso Plan Lector, puesto en marcha por Alejandro Toledo en el 2004, que se supone sea un impulso a la lectura es, según numerosos pedagogos y sociólogos, la manera más negativa de hacer que los niños lean.

Según Ana Díaz-Plaja Taboada, docente de la Universidad de Barcelona, cuando se obliga a leer a los niños, ven el libro como algo alejado de las "distracciones" que realmente les gustan, y, en cambio, lo identifican como algo muy próximo a los deberes escolares. Y eso es lo que hace el Plan Lector, planteado como una iniciativa para reducir los índices de analfabetismo y luego un plan maestro para incentivar la lectura, considero que para ambos objetivos es un plan inútil. Nadie va a leer obligado por sus profesores, en un ambiente académico tradicional y condicionado por sus notas escolares.

Segundo: si es necesario tener un ambiente familiar que a través del ejemplo y las lecturas de cuentos a los niños impulse la lectura ¿tendremos pronto una generación de niños y adolescentes lectores de verdad?
En la Región del Cusco, según el último Censo del 2007 realizado por el INEI, 193 mil 558 cusqueños no saben leer ni escribir. ¿Alguien ha censado a las personas que saben leer y escribir pero que no entienden lo que leen? Ese probablemente sea uno de los problemas educativos más graves del Perú, pues de otro modo podríamos ser autodidactas para aprender lo que no nos proporcionan en los colegios, por ejemplo: muchos peruanos no entendemos lo que leemos.

En mi opinión personal se trata de un tema de ambientes, personas y métodos. Un ambiente en que el niño o adolescente se sienta cómodo, en confianza y se estimule su interés o curiosidad es una buen punto de inicio. Una persona de confianza y a quien el niño respete, es quien debe servirle de modelo: nadie leerá si no ve a otro leyendo, nadie leerá si no despiertan su interés por el libro. El tema de las recomendaciones y los ejemplos, es la mejor forma de hacer leer a otra persona... también adultos, aunque ellos probablemente abandonen el libro en favor de sus obligaciones diarias.

Para concluir, me gustaría citar al catedrático Luis Jaime Cisneros, quien en un artículo que me gustaría analizar más extensamente en la próxima edición de La Feria, menciona " (...) El Plan Lector merece apoyo cierto y presuroso. No consiste en aplaudir la iniciativa, sino en ayudarla a desenvolverse por cauces adecuados. Por lo pronto, como toda campaña, exige tener una idea clara (y científicamente correcta) de qué es lo que se quiere impulsar. El plan lector busca despertar el interés, el hábito de la lectura. Ante todo, es necesario tener idea muy precisa de lo que la lectura significa. Todavía hay quienes creen ingenuamente que el que sabe identificar las letras de un texto, ya sabe leer."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos tu comentario para mejorar nuestros trabajos.

Para comentar elige en "Comentar como: Seleccionar perfil" la opción:
Nombre/URL si tienes un blog, web, correo electrónico o
Anónimo si no tienes blog o web pero incluye tu nombre después de tu comentario.

Gracias por visitar La Feria de la Información.