sábado

Crónica - GENOCIDAS DE PASIONES


En un terreno inmenso, se extiende una alfombra verde, veintidós se preparan para la competencia y tiñen de colores el monótono césped con sus vivas casacas. La redonda está quieta, el hombre de negro pita fuerte el silbato y empieza la emoción; las tribunas cantan, las cien mil almas se emocionan…es un mundial de fútbol.


Los hinchas peruanos observan desde muy lejos dicho acontecimiento que enloquece a multitudes, sus pensamientos llenos de esperanza de ver algún día a la bicolor en un mundial, de deleitar sus oídos con cánticos alegres y emocionados de un “vamos Perú” o un “Perú campeón”. Esos anhelos e ilusiones que ningún descendiente del imperio inca ve hacerse realidad desde hace 29 largos años, tiempo donde muchos individuos jugaron con el sentimiento de toda una nación, con las ilusiones de infantes, de jóvenes y adultos, cuya única satisfacción es una victoria para su querida patria.

Valores que se desperdician.

La esfera está en juego, un guerrero de entre los 22 la domina, se lleva a uno a dos, hace una gambeta, brilla cual estrella fugaz en la noche, de pronto acaricia de chanfle la redonda, entrándole con el revés del pie para dejarla jadeando bajo la red. Todos los aficionados peruanos se emocionan y dicen que ese muchacho es buen jugador, que llevará al Perú a la máxima gloria de un evento deportivo. Entonces viene a la mente del hincha esos recuerdos gloriosos de caudillos que brillaban con la bicolor, esos “cuetos”, “cubillas”, “chumpitazes”, “uribes”, que hicieron delirar a toda una nación con sus triunfos y logros. Pero solo son vagos recuerdos, pues la fama va más allá de los buenos pergaminos de los futbolistas, inmerecidos en su mayoría. Lo que sí es cierto es que la falta de educación y de una buena formación hogareña, hace que los jugadores hagan que se conviertan en los grandes peloteros de la vida. De las páginas deportivas de los diarios que eran de halagos, pasan a las policíacas y de espectáculos o farándula…veamos el caso de Johan Sotil, quien heredó el buen fútbol de su padre, pero antes de tomar precauciones tomó el “cáliz de las fiestas” hasta convertirse en alcohólico; o tal vez “kukin” Flórez, quien tenía muchas aptitudes, pero decidió volar hasta las estrellas sin necesidad de una nave espacial. Y por último Raimond Manco a quien la fama y la plata lo transportaron del ámbito futbolístico, al paraíso de lujurias y vanidades. Son algunos, de los muchos casos que se percibe en el mundo futbolístico de este país llamado Perú, casos que podrían revelar las causas de porqué un país tan sufrido no llega a un mundial.

Argolla.

El fútbol peruano está plagado de leyendas negras que hablan de amarres y compañerismos mal entendidos. Verdadero o no, esta sería la causa que no permite el desarrollo futbolístico en la tierra de los incas. Otra vez se instaló en la memoria la palabra argolla, una palabra fea que los códigos de los futbolistas se resisten a aceptar, aunque todos saben bien que existe, que está ahí perennizada, que rodea el fútbol, que bordea límites insospechados, que muchas veces suprime técnicos, jugadores, pero que nadie se atreve a denunciar abiertamente, solo dejan en el camino ínfimos detalles que llevan a la presunción.El fútbol peruano está plagado de leyendas negras que hablan de amarres y compañerismos mal entendidos. Verdadero o no, esta sería la causa que no permite el desarrollo futbolístico en la tierra de los incas. Otra vez se instaló en la memoria la palabra argolla, una palabra fea que los códigos de los futbolistas se resisten a aceptar, aunque todos saben bien que existe, que está ahí perennizada, que rodea el fútbol, que bordea límites insospechados, que muchas veces suprime técnicos, jugadores, pero que nadie se atreve a denunciar abiertamente, solo dejan en el camino ínfimos detalles que llevan a la presunción.

Pero no todo es tormenta y tempestad en el fútbol peruano, sin logros ni triunfos. Hubo un equipo provinciano que hizo sentir al peruano, orgulloso de ser peruano, se hace llamar el “papá”, que en la actualidad no está en su mejor momento. Quizá se trato de un equipo celestial protegido por algo divino, que hizo que la multitud se sienta como en un mundial, quizá tuvo la fuerza de los dioses incas, quién sabe. Porque Cienciano no solo arrasó pasiones, no solo es capaz de congregar a casi 60 mil espectadores en países foráneos, sino también propicia preparar canchita, una limonada y cambiar por cualquiera de las películas de Van Dame. Entonces, cómo comprender ese poder que lo acompañó hacia los objetivos soñados, a tomarse una Copa Sudamericana, ganándole a los más pintados, como si se tratase de un licuado de maca, licuado que les falta a muchos de nuestros seleccionados peruanos. Y si nos parece una palabra fea, entonces la cambiamos. Le ponemos afinidad, similitud de pensamientos y hábitos como para no romper la susceptibilidad de algunos.

Hechos que motivan la ilusión peruana.

Pero no todo es tormenta y tempestad en el fútbol peruano, sin logros ni triunfos. Hubo un equipo provinciano que hizo sentir al peruano, orgulloso de ser peruano, se hace llamar el “papá”, que en la actualidad no está en su mejor momento. Quizá se trato de un equipo celestial protegido por algo divino, que hizo que la multitud se sienta como en un mundial, quizá tuvo la fuerza de los dioses incas, quién sabe. Porque Cienciano no solo arrasó pasiones, no solo es capaz de congregar a casi 60 mil espectadores en países foráneos, sino también propicia preparar canchita, una limonada y cambiar por cualquiera de las películas de Van Dame. Entonces, cómo comprender ese poder que lo acompañó hacia los objetivos soñados, a tomarse una Copa Sudamericana, ganándole a los más pintados, como si se tratase de un licuado de maca, licuado que les falta a muchos de nuestros seleccionados peruanos.

De Elio Condorhuaman Challco adaptado por Jenny Santoyo Quispetupa

2 comentarios:

  1. HOLA JENNY, LEI ALGUNAS DE LAS NOTAS DE LA PAGINA ME PARECEN INTERESANTES. ES UNA PROPUESTA DIFERENTE COMO MAS NUESTRA SIGAN ADELANTE...

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  2. Estimada Jenny, me alegra ver que las cosas siguen avanzando en mi querida y añorada facultad de Comunicación, de la que salí hace ya muchos años y de la que me siento muy orgulloso precisamente por las cosas que veo, como este blog, que me levanta la moral y ne alienta a seguir adelante, te cuento que por aqui por LIma la gente no tiene ese impetu de hacer cosas, es más, me atreveria a decir que sólo quieren terminar la universidad y trabajar no importa si saben leer o escribir, es por eso que el pais esta como lo vemos cada día peor.
    Atte. Rozfwell.

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