EL GRITO MUDO

Por: Kenia Santos Pilares

No hay muerte más horrible que agonizar en tu propia sepultura: ser enterrado vivo. Aunque parezca mentira, han sido muchos los casos de exhumaciones de cadáveres en los que el fallecido aparecía mostrando síntomas de haber despertado en su ataúd,  así cuentan las historias de boca en boca, esas historias escalofriantes, nos relata así:

“Él está despierto, sus ojos están pegados. Su cuerpo totalmente inmovilizado, no puede moverse, ni gritar, pero estaba despierto. Un joven de 25 años, de quien creyeron su muerte. Su familia, sus amigos lloran y él no sabe qué hacer, no entiende que le pasa y está a punto de volverse loco, luego lo llevan y siente como lo meten a su ataúd; ya el pánico es total, su cuerpo esta frio y los segundos se hacen eternos.

Todo es oscuro, lo trasladan y le rezan; ya en el cementerio con el féretro cerrado, el joven despierta, grita, llora, pero nadie lo escucha, el ruido de afuera es más fuerte que su voz, sus músculos se contraen y poco a poco ya no escucha nada, el silencio se hace eterno.

Después de 3 meses su familia decide cambiarlo de nicho, y la curiosidad por verlo de nuevo, hacen abrir el ataúd, la sorpresa es tremenda…el vidrio estaba quebrado, abrieron la tapa y el cuerpo tenía todos los dedos casi cortados las puntas, la cara rasguñada y por dentro del ataúd marcas de rasguños que hicieron parte de la histeria del momento.

Volver a cerrar el cajón y proceder a sepultarlo en su nuevo nicho, no comentándose nunca más ese hecho en la familia, era lo único que se podía hacer” Esta historia nos muestra que la catalepsia es una enfermedad, una muerte aparente, un fenómeno poco conocido y son pocos los que lo han vivido.