domingo

MI ENTREVISTA A LA MUERTE

Por: Henrhy Ernesto Borda Carrasco.

8:30 de la noche, la alarma del celular me despierta, me levanto de un salto, tengo que apresurarme…  me visto con lo que encuentro, trato de peinarme, la hora se va… dejo el peine, no tiene importancia… me preparo un café, está caliente, lo dejo enfriando… salgo a la calle, esta lloviznando, tengo que apresurarme… conseguí la entrevista más importante de mi carrera, estoy emocionado…  aunque seguramente nadie me envidie… es que hoy, tengo una cita con la muerte…

Cojo un taxi, le digo al conductor que estoy apurado, no le importa, pensándolo bien lo más probable es que aun me espere, aun si llego tarde… reviso mis apuntes, mis preguntas, imagino su rostro, su mirada, imagino el sonido de su voz, y de cierto modo imagino sus respuestas… a comenzado a llover; afuera las personas caminan de prisa, algunas corren desesperadas, es curioso, pero siento que todos van a donde voy yo…

Llego a mi destino, pago al taxi, creo que me cobra de más, bajo, piso un charco, la lluvia es más intensa, quiero cruzar la calle, miro ambos lados, comienzo a correr, mis pasos provocan que el agua salpique, se oye un trueno que irrumpe el cielo, paso la calle, miro la hora en el celular, llegué a tiempo… una imponente puerta está en frente mío, me dispongo a tocar, mi corazón late sin parar, el tiempo pasa más lento,  ya siento su presencia, me dispongo a tocar…

El miedo invade mi cuerpo, deseo regresar, giro mi rostro veo a tanta gente pasar, quizá simplemente tenga que caminar, lo intento, mis piernas no responden, estoy congelado, y aun así quiero saber la verdad, estoy temblando, no es por el frio, quiero tocar; no, no quiero hacerlo, mis pensamientos están revueltos confundidos con el murmurar de las personas que pasan por aquí, todos caminan tan cerca, que da la sensación de que algunos están a punto de entrar, tocaré la puerta, no, no lo haré, ya lo estoy haciendo, el sonido es espantoso, se confunde con los truenos, entraré a nadie le importa, entraré y nadie lo sabe…

La puerta se abre, se que debo entrar; una especie de valentía invade mi ser, mis piernas responden, avanzo, entro, la puerta se cierra, ahora el mundo parece tan distante, me siento solo, aun así deje de tener miedo; y ahí… ahí está,  a lado de una pequeña luz, saco mi libreta, no encuentro mi lápiz, está avanzando, está caminando, siento mi corazón retumbar, no veo su rostro, la desesperación se apodera de mi cuerpo, quiero gritar, cierro los ojos, me toma del hombro, el miedo se va, abro los ojos, dejo caer la libreta, no tengo nada que preguntar, todas las respuestas están frente a mí, no tengo que publicar algo que todos en algún momento conocerán, entre todas las emociones juntas, entiendo que ahora no puedo regresar…

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