El
frio de las noches y la lluvia furiosa se armonizan con el gobierno actual de
Ollanta Humala, bastó un parpadeo para que descienda en su aprobación de un 56%
a un 47% en los últimos treinta días. Ahora se oyen gritos de furia que progresivamente se incrementan.
Recordemos que la mitad del País no apoyaba a Ollanta Humala en su postulación
como presidente.
Otro grupo disconforme, es
aquel que le construyó la imagen; los que estuvieron con él en la última
campaña presidencial que en su mayoría eran izquierdistas. Herida más dolorosa
para sus hombres de confianza fue aquella “masacre política” del 10 de
diciembre, cuando 11 de sus 17 ministros fueron defenestrados tras un acto
presidencial donde también desautorizó públicamente al premier en Cajamarca.
Nuestro mandatario no debe olvidar
que detrás del partido nacionalista hay un grupo político llamado “Gana Perú”
que fue el que le dio el triunfo a Ollanta Humala y que el desarrollo del Perú,
involucra una democracia participativa, donde el núcleo imperativo sean los
intereses populares.
Un gobierno con fantasmas de
navidad, con nieve alrededor marcando sus aciertos y errores. Al otro lado una
población que espera ansiosa prontos “regalos” y soluciones a los problemas y conflictos de
nuestro país.
Juan
Pablo Zuñiga