CHANCHITOS, LEVIS Y PALMAS… JUGANDO CON YASES OTRA VEZ

Por: Karen Elizabeth López Vásquez

Yases, yases o jaxes,  ya no es un problema como pronunciarlo, el problema está en que se está perdiendo la esencia de aquellos juegos tradicionales, de aquel juego que de niñas nos juntaba en una ronda para poder divertirnos horas y horas con solo 6 yases y una pelotita de goma.

Entonces ¿Aun recordamos que son los yases? Este juego consiste en tirar los yases al suelo y luego arrojar la pelotita al aire y antes de que está de más de un bote, recoger los yases: primero de uno en uno, luego dos en dos y así sucesivamente hasta llegar a recoger todos.

Existen tantas formas de jugar, unas diferentes a las otras o muy parecidas, pero podemos rescatar algunas de las reglas que se encuentran en este juego, así este empieza cuando lanzamos los yases e intentamos cogerlas en el dorso de la mano, si logramos que no caiga ni uno al suelo entonces ya no se juega de uno en uno o de dos en dos, se pasa directo a jugar parcitos  respetando los colores de los yases, a este primer paso las niñas le dicen “chusas”.

Entonces comienza lo divertido, se conocen innumerables nombres para los siguientes juegos que hacían que este no termine nunca, como olvidar las jugadas que empezaban con el tradicional chanchito, los levis, las pasadas, los levis con palmas, las pasaditas con palmas que se complicaban cada vez más, lograbas pasar todo ello y llegaba el mundito, las tijeritas, el clavito; entre tantos que seguramente de niñas conocíamos a la perfección pero que con el paso del tiempo olvidamos.

De niñas llevábamos colgados siempre una bolsita con yases, con las pelotitas de tantos colores, recordábamos cada una de las jugadas, sabíamos que si remojábamos la pelotita en kerosene tendría mejor bote, era tan fácil sentarnos en cualquier lugar y empezar a divertirnos.

Recuperemos estos juegos, recuperemos esa infancia, son pocos los niños y niñas que aun pueden decir que juegan a los yases, son pocos los que recuerdan cómo hacerlo, revaloremos nuestros juegos que nos dieron tantos días de diversión.