Carmen
Rosa Arias Carazas
Todos los católicos siempre pensábamos que
Dios era el único ser omnipotente quien todo lo ve y lo sabe; pero a medida que
fueron pasando los siglos, algo inimaginable y hasta inalcanzable sucedió por
obra y curiosidad del ser humano; la
tecnología fue avanzando para satisfacer las necesidades del ser humano como
también para tratar de dar respuesta a sus curiosidades; así se fueron creando
distintos instrumentos como los satélites, que en un principio eran vehículos
lanzados desde la tierra para describir una órbita cerrada alrededor de ella o
de otro astro.
Hoy el sistema satelital se
ha impuesto para interrelacionarnos, pero también para que se nos vigile, pero
¿de qué?, es una pregunta muy complicada de responder, pero la respuesta la
deben de saber muy bien aquellos que tienen el poder.
Los celulares y el internet
en este siglo, están a la vanguardia dentro de nuestra sociedad; es cierto que
estas herramientas nos permiten comunicarnos con las personas y hacen nuestra
vida más fácil, pero estas herramientas nunca reemplazarán una comunicación
cara a cara, o una expresión de amor como un abrazo; el ser humano, a medida que avanza la tecnología,
se está mecanizando y convirtiendo en un ser pasivo que puede ser manipulado
como una especie de títere o robot.
Es por ello que pienso que
las nuevas tecnologías son una forma de dominación, pero a pesar de ello todos las utilizamos, en
ese caso se podría decir que la tecnología, es un mal necesario pero como todo
mal provoca un daño y puede que éste sea irreparable.