El quehacer universitario es complejo. Entre críticas, ausencias, carencias y muchos aciertos, profesores y alumnos transcurren sus sueños entre aulas viejas, carpetas desvencijadas o laboratorios nuevos y computarizados que hay que aprender a usar. Y en medio de ese transcurrir se van desenvolviendo esos sueños que cada cierto tiempo (semestres los solemos llamar) se renuevan con el mismo espíritu de superación y con las mismas historias de desengaño.
Esta vez aparecen nuevos rostros pero las mismas miradas para emprender, una vez más, estas breves aventuras periodísticas (comunicacionales le llaman otros) que, además de calificarse para cumplir con la formalidad educativa, se mueven gracias a los comentarios y voces de crítica y aliento que se reciben por este mismo medio.
Y aquí están, reiniciando, resucitando, volviendo a ser y a hacer de esta humilde página, que por ahora es la mejor nos acomoda, su razón de ser y dando sus primeros pasos para luego quedarse, porque aquí se escribe el futuro, siempre aprendiendo de lo que otros hicieron, con las mismas ganas y con la misma historia repetida. Vale su presencia, y la de ustedes, lectores consecuentes.
El Profe.
Profesor Alfredo, surcando esos caminos abruptos usted conduce a sus alumnos a la luz del aprendizaje y el amor por nuestro trabajo, en medio de esa noche oscura que la sociedad(Universidad,decános y algunos otros docentes)se encargan de sembrar. Sabremos valorar su amor por la enseñanza y no me he de equivocar cuando mis amigos apoyen mi agraecimiento a docentes como Ud, y los Profesores Virginia, Dario, Alberto,Gladys y otros pocos que a pesar de sus diferencias ideológicas han sembrado en nosotros sus estudiantes el respeto hacia ustedes y el amor a nuestra profesión.
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