domingo

¿Dictadura tecnológica?


Isabel Milagros Hilario Rivera
En estos tiempos tan conflictivos, llenos de cambios sociales, es discutible aquella teoría que afirma la libertad del ser humano desde su nacimiento, cuando lo cierto es que posee una evidente tendencia a vivir sometido bajo ciertas normas y reglas que le marcan desde la cuna hasta la tumba; unas constantes que le empujan a vivir en algo muy parecido a  la esclavitud.
Y es en este punto, en el que hacemos un paréntesis para hablar sobre la unión de la tecnología y las comunicaciones que al parecer son el  centro de atención en el cambio social.  Se ha discutido mucho, si los medios de comunicación son un agente de cambio beneficioso para el desarrollo de la humanidad. Ello, en principio, no se pone en duda; no obstante, parece que estos medios de comunicación están sirviendo en ocasiones más como instrumento de control que como agentes de cambio.
Los teóricos de las ciencias sociales, entre los que podemos destacar a Louis Wirth y a Talcott Parsons, nos han llevado a pensar más en el papel de los medios de comunicación como instrumentos de control que como agentes de cambio, llamando la atención sobre las implicaciones que pueden tener con una no acertada orientación en el propio desarrollo de la humanidad.
Los sistemas de información y comunicaciones, con las posibilidades que ofrecen de almacenamiento y tratamiento de la documentación y la recuperación de información, se convierten, o se pueden convertir, en un instrumento de presión y control social.
La ayuda que proporcionan las comunicaciones y la transferencia telemática de datos entre ordenadores, facilitan que así sea; es por ello que podemos preguntarnos  ante la facilidad de utilización de los medios de comunicación con una orientación distinta a la que en principio debería ser la adecuada: ¿se están utilizando los sistemas de información como instrumento de control social?
En mi condición no puedo afirmar ni asegurar nada, pero dejo abierta esta pregunta, que por si sola se enlaza con la duda de estar viviendo una dictadura tecnológica.